![LOS “PERICONEROS” DE CHALCATZINGO, TRADICIÓN QUE NO MUERE](https://www.revistaimago.com/wp-content/uploads/2023/09/WhatsApp-Image-2023-09-21-at-7.20.14-PM-4.jpeg)
LOS “PERICONEROS” DE CHALCATZINGO, TRADICIÓN QUE NO MUERE
Por Luisa Miranda
Justo el 19 de septiembre de cada año, comienza el corte de la aromática flor amarilla de pericón, en los campos morelenses de Tecajec. Jóvenes y adultos cortan de los campos la flor, con el objetivo de llevarla, en procesión a la iglesia de Chalcatzingo, donde mora su santo patrono San Mateo Apóstol.
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Los diversos atados de flores se alistan para que el 21 de septiembre, día de San Mateo, se congregue la gente, local y de pueblos aledaños, en la entrada del poblado de Chalcatzingo y cada quien tome, de acuerdo a su fuerza y capacidad, alguno de esos atados y comiencen a caminar por uno de los dos carriles de la carretera que lleva a la iglesia de su santo patrono. Es esta una tradición que viene de varias generaciones atrás y que aún se mantiene con Fé y entusiasmo.
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Acompañando su andar, se puede ver a jóvenes varones fuertes, que cargan hatillos de flores de hasta más de un metro de diámetro en las espaldas, algunos otros prefieren sostenerlos entre la nuca y los hombros y otros, los más hábiles, los cargan sobre su cabeza, equilibrándolos sobre la marcha. También pueden verse pequeños de entre 4 y 10 años que cargan un montón, que -aunque más pequeño-se nota que les pesa, puesto que lo cambian de lugar a cada rato; mujeres que llevan las flores sobre su pecho y algunos que cuelgan cruces ya elaboradas de sus cintos, para que San Mateo las bendiga y las puedan colgar en las puertas y ventanas de sus casas.
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A veces se oyen unas cuantas voces, por ahí una broma que celebran algunos con sus risas. Pero la mayor parte del tiempo permea el silencio, mismo que a la mitad del camino ya es adornado por la respiración pujante provocada por el cansancio del peso de las pequeñas flores y la distancia recorrida.
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Pasan por un lado de la procesión algunas camionetas que también vienen del campo, y la acompañan por tramos o, respetuosamente y a baja velocidad, prosiguen su camino.
En el pueblo, las campanas de la iglesia comienzan a repicar y suena la música de banda mientras el resto de la gente del poblado se acerca al templo a esperar la llegada de los Periconeros.
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Justo al llegar a la iglesia, los cansados caminantes, llegan hasta los pies de San Mateo Apóstol y descargan los pesados atados de flores, para acomodarlos en su altar. Varias personas toman un manojo de las paseadas florecillas y “limpian” a San Mateo, para bendecir ese manojo. Posteriormente, el atrio de la iglesia debe adornarse con el resto de la flor, con la ayuda de las personas de Chalcatzingo. El pericón se utiliza para adornar árboles, postes, arcos y letreros, su color amarillo y su aroma es lo que distingue de inmediato esta tradición desde que se entra al pueblo.
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La flor de pericón permanecerá colocada desde el 21 hasta el 28 de septiembre, cuando, en punto de las 7:00 am, el pericón es retirado y la gente del pueblo acude por un poco de flor para llevársela a su casa y hacer cruces con la misma, para colocarlas en las entradas de sus casas y sus siembras.
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Esto último se hace porque el día 29 de septiembre se festeja a San Miguel Arcángel y en la noche del 28 de septiembre, se dice que se suelta el demonio y provoca mucho viento que puede derribar las siembras. Entonces será San Miguel Arcángel quien controle a ese ente maligno mediante las cruces, es por eso que la gente hace las cruces de pericón con el fin de ayudar a proteger su patrimonio de la entrada del mal.
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Una hermosa tradición que pervive a través de los años y que aromatiza a Chalcatzingo y sus alrededores, librándolos del mal mediante el trabajo de su gente y la bendición de arriba.
Agradecemos al presidente Municipal de Jantetelco, Ángel Augusto Domínguez Sánchez. La gentileza de proporcionarnos las fotografías que ilustran este artículo.
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